Ubicada hacia el final de Chile, en el estrecho que conecta los océanos Pacífico y Atlántico, Punta Arenas es la capital de la región de Magallanes, un puerto con historia y carácter propios y punto de partida para explorar Torres del Paine, Tierra del Fuego, la Antártida y otros lugares del fin del mundo. Ciudad ventosa, de casas con coloritos techos de metal, Punta Arenas está marcada por el período de gran apogeo económico que tuvo entre fines del siglo XIX y principios del XX, producto de la ganadería ovina. En ese tiempo llegaron miles de inmigrantes europeos —la mayoría croatas—, atraídos también por la fiebre del oro que se vivió en la Patagonia. Los lujosos edificios del centro son testimonio de esa época. Su historia, sumada a lo distanciada que está del resto del país, le dio a la ciudad un orgullo propio. Y aunque los habitantes de Magallanes juegan a considerarse una república independiente, son hospitalarios con los visitantes locales y, desde luego, con los foráneos. Su aeropuerto con vuelos diarios a Santiago y su movido puerto marítimo evidencian su importancia como eje de transporte. Eso sí, la ciudad y su valor patrimonial demuestran que Punta Arenas es mucho más que un buen lugar base. Tiene 124 mil habitantes.
Establecida en 1848, Punta Arenas nace como una colonia penal para reos reincidentes. Décadas más tarde, con la llegada de colonos y el desarrollo de la industria ovejera fue prosperando como ciudad. En la década de 1920 el crecimiento se estancó debido a la caída mundial del precio de la lana, pero en 1945 la ciudad comenzó a resurgir gracias al descubrimiento de petróleo. Hoy sus actividades principales son la actividad portuaria, el petróleo, el comercio y la industria ovina.
Punta Arenas es de las ciudades de la Patagonia con más atracciones y actividades, especialmente museos. Cerca de la Plaza Muñoz Gamero (la atractiva y bien cuidada Plaza de Armas) está el Museo Regional Braun Menéndez, en el que fuera el palacio de la familia más acaudalada durante el apogeo económico de la ciudad. Convertido en museo desde 1983, el lugar ofrece una historia etnográfica de la región y es testimonio de la suntuosa edad dorada de Punta Arenas, con mobiliario y decoración original de la casa. En frente está el Palacio Sara Braun, también otrora mansión de esta familia. Allí funcionan hoy el Club de la Unión y el hotel Nogueira.
El Museo Salesiano Maggiorino Borgatello, cerca del centro, cuenta la historia ecológica y antropológica de la región. Lo fundaron los sacerdotes Salesianos, que llegaron en el siglo XIX a la zona. Al explorar iban recolectando artefactos de los pueblos originarios, que ahora se exhiben aquí. A dos cuadras está el Cementerio Municipal Sara Braun, considerado uno de los más fascinantes de Sudamérica. Mezcla humildes tumbas con onerosos mausoleos y sus caminos cuentan con árboles cipreses podados de forma llamativa.
Una nota diferente ofrece el museo privado Nao Victoria, a orillas del Estrecho de Magallanes, a 10 minutos del centro. Tiene réplicas en tamaño real de barcos que exploraron la región, como el HMS Beagle de Darwin, el Nao Victoria de Magallanes o el bote de Ernest Shackleton. Mientras que el Museo Naval y Marítimo, en el centro, cuenta la historia de la armada chilena en la zona.
Por su parte el Museo del Recuerdo, situado en los jardines de la Universidad de Magallanes, exhibe maquinarias y herramientas propias de los pioneros del desarrollo de la ciudad.
El Mirador del Cerro De La Cruz ofrece una vista panorámica de la ciudad: las coloridas casas de techos de metal corrugado y de fondo la belleza del Estrecho de Magallanes.
En un viaje de dos horas en barco se puede visitar —entre octubre y mediados de abril— la Isla Magdalena (a 35 km de Punta Arenas), donde habita una enorme colonia de pingüinos magallánicos. Es un área silvestre protegida, pero los visitantes pueden transitar por caminos donde quedan sorprendentemente cerca de estas aves.
En Puerto Hambre (58 km) ocurrió el primer intento europeo de establecer un asentamiento en el Estrecho de Magallanes, en 1584. Pero los cientos de colonos murieron al poco tiempo por las extremas condiciones. Las ruinas de ese asentamiento son hoy Monumento Nacional. Cerca está el Fuerte Bulnes (56 km), que fue el segundo intento de habitar el Estrecho, y el primero exitoso. Se fundó en 1843 por chilenos que navegaron desde Chiloé, parte de un plan del gobierno para marcar soberanía en la zona. Luego se movieron a lo que hoy es Punta Arenas, que ofrecía mejores condiciones. Para el centenario del lugar el gobierno reconstruyó el fuerte y lo declaró monumento nacional. Ofrece hoy un testimonio de cómo era la vida allí en esos años. Tanto el Puerto de Hambre como el Fuerte Bulnes forman hoy parte del Parque Del Estrecho de Magallanes, un área protegida de 250 hectáreas que incluye también sitios arqueológicos y senderos.
La pequeña ciudad de Porvenir (40 km), en la otra ribera del estrecho, en la isla de Tierra del Fuego, queda a tres horas en transbordador desde Punta Arenas. Ofrece algunos atractivos como el museo Fernando Cordero Rusque, con una muestra del pueblo selknam, los habitantes originarios de Tierra del Fuego. Cerca de Porvenir está el Monumento Natural Laguna de Los Cisnes y la ciudad se usa también de base para explorar los atractivos de Tierra del Fuego, como el Lago Blanco, la pingüinera Bahía Inútil o el parque natural Karukinka.
-Parque Nacional Pali Aike (192 km): fauna nativa y senderos
-Puerto Williams (293 km): la ciudad más austral del mundo
Protégete del viento y recorre la plaza y sus alrededores.
La picada más famosa ofrece choripán y leche con plátano: El Kiosco Roca.
Los viajeros coinciden: el viaje a Isla Magdalena para caminar entre pingüinos vale totalmente la pena.
Los aviones llegan al Aeropuerto Presidente Carlos Ibáñez del Campo (PUQ), a 21 km de Punta Arenas. Desde Santiago el vuelo dura 3 horas 25 minutos; desde Puerto Montt, 2 horas 10 minutos. Se puede llegar por tierra desde Argentina. Desde Bariloche el bus demora dos días.
Llueve lo mismo en invierno que en verano, unos seis días al mes en promedio. La diferencias están en las temperaturas: entre 5° y -1° en invierno y entre 16° y 7 ° en verano. Temperaturas promedio: abril (11°/ 3°), julio (5° / -1°), octubre (11° / 3°), enero (16° /7°).
El centro de las ciudad es caminable. Para distancias más largas funcionan colectivos, microbuses, taxis y Uber.
Para artesanía, Centro Artesanal. Para tiendas de cadena, Mall Austral. Para compras libres de impuestos, Zona Franca.
